No todo es triste, oscuro, visceral...también hay banalidad mezclada con extroversión.
Me gusta hacer odas a quien no se lo merece, o a quien nunca ha recibido nunca una.
Hoy toca una de arena...
En lo alto de un tejado
Maúlla desesperado
Si se aburre por la noche
mueve el rabo
Ha perdido el apetito
Las moscas lo tienen frito
Las espanta con la zarpa
despacito
Y a pesar de los pesares
Duerme solo en los portales
Se acurruca en un manto
de cristales
Y cuando muere la luna
Enseña dientes y uñas
Mientras juega con madejas
de penumbra
Ya no se deslumbra
con sardinas suculentas
Evita su tumba
arañando a los profetas
Continúa caminando
Invadiendo los balcones
Indagando con sigilo
en callejones
Engalana con lamidos
Su semblante enrarecido
El pelaje no le basta
como abrigo
Ya no ronronea
con caricias pendencieras
No se tambalea
en barandas traicioneras
Aunque se recorre el mundo
No se encariña con nadie
Eso es algo que ha aprendido
de su padre
Sabe que no va a cambiar
Le molesta ese collar
Un felino es imposible
de domar
No me llego a lamer las heridas...es una lástima. Habrá que maullar hasta reventar tímpanos.
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o habrá que sacar las zarpas para evitar que nos hieran, no crees?
ResponderEliminarAlgún día encontrarás quien te lama las heridas desinteresadamente.
ResponderEliminarCuando la encuentres, que lo harás, no la dejes escapar.