Esto lo escribí un día en el que me encontraba en la misma situación que hoy, parece un déja vù...
Cayó el telón tupido como bruma.
El apuntador yace tirado en el suelo,
Maestro de la licra y terciopelo
Destronado por la furia de la espuma
Se creía un fuerte inquebrantable
Sin grietas ni lugar para la hiedra
Y resultó ser simple cartón-piedra
Pensando que era tumba inexorable
Ahora diluvia lágrima y colirio,
Dolor de atrezzo y cicatriz de pega.
Néctar amargo sus entrañas riega
Guiado cuerdamente hacia el delirio
Al final cae preso de su engaño
Confunde el corazón con casquería
Deja el andén corriendo por la vía
Y vuelve a alzar su muro como antaño
Sé finit...
domingo, 6 de junio de 2010
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Al derrumbar el último muro, apareció resplandeciente, como el lo había soñado, su hijo
ResponderEliminar¿Cómo se puede escribir tan bonito?.
ResponderEliminarMe ha llegado muy hondo, hasta el punto de arañarme la fibra sensible del alma.
Realmente precioso.