Tenía que ocurrir. Hacía tiempo que se preveía, solo faltaba el detonante.
El lodo que rezuma de lo que quiera que sea eso que me sale de los hombros debía tomar forma.
A partir de hoy y hasta que me lo permita yo mismo(o hasta el día que me canse, me aburra, se me olvide, me haga rico, etc.) dejaré constancia de todo aquello que se acumula en mi escritorio, en mi basura, en mi leonera...
Alternaré cosas antiguas con cosas recientes, cosas nuevas, cosas malas, cosas peores, cosas grandes y cositas.
Tengo el material, el tiempo y la herida.Sería tonto si lo aprovechase...
domingo, 6 de junio de 2010
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Y siempre hallarás en mí a un amigo deseoso de compartir todas esas cosas.
ResponderEliminarSeguro que incluso las que catalogas de malas, tienen mucho que decir.