miércoles, 27 de julio de 2011

Die bösen Deutschen

¿Y hacia donde mirará cuando gira la cabeza y clava su turbia mirada en el cielo, esas dos inquietas pupilas rodeadas de un mar verdoso, traspasando impunemente el cristal, recorriendo cientos de kilómetros sin moverse de su asiento?

¿Y hacia donde querrá ir cuando se levanta de un salto y recorre la sala sin contemplar obstáculos, sin rumbo ni dirección marcada pero firme y decidida?

¿Y a quien sonreirá cuando ilumina la estancia con ese gesto, cada vez más fugaz pero tan reconfortante y a la vez enigmático para quien lo contempla?

¿Y por qué llorará cuando sin razón aparente dibuja la mueca más sentida y breve, agonizando entre pucheros repentinos?

¿Y de qué se reirá cuando su carcajada inunda hasta el último recoveco de la casa, sin que nadie la solicite, sin avisar, despertando caras de asombro a su paso?

¿Y en qué pensará cuando se queda ensimismada, rígida, aguantando los ojos fijos sobre cualquiera?¿Pensará en mí?¿Seguiré siendo yo para ella?